Como cualquier ciudad latinoamericana, el corazón de la ciudad tiene su plaza de Armas. En Cusco, es verdaderamente el centro histórico, porque antes de ser lo que es hoy, fue un importante centro ceremonial, social y agrícola que cubría más de 4.000m². Fue desde aquí que comenzaron los cuatro grandes caminos cardinales que formaron las cuatro grandes provincias del Imperio Inca. Hoy en día, es una hermosa plaza, con una fuente en su centro, coronada por la estatua del Inca Pachacutec, el fundador de la grandeza incaica. Alrededor, bancos de hierro donde es bueno sentarse un rato al sol, disfrutando de la vista. A ambos lados, la Plaza de Armas está bordeada por la catedral, la iglesia de la Compañía de Jesús, así como por casas coloniales con balcones de madera tallada, una delicia para los ojos. En estos balcones hay algunos cafés donde los viajeros descansan en su camino hacia Machu Picchu; también hay discotecas que cobran vida por las noches y dan otra cara a la Plaza de Armas, la de la fiesta hasta el final de la noche.